domingo, 12 de abril de 2015

YOGA PARA NIÑOS: TODO SON BENEFICIOS

El Yoga no es sólo para los mayores
Los adultos no son los únicos susceptibles a los acontecimientos negativos del día a día. Investigaciones recientes afirman que el estrés postraumático en los niños ha aumentado de forma dramática en los últimos años. Razón por la que el diagnóstico oportuno y la práctica de actividades físico-mentales como el yoga para niños pueden evitar las consecuencias psicológicas.
Además de tranquilizar su estado emocional, el yoga para niños permite adquirir una buena postura corporal, equilibrio, fuerza y flexibilidad que ayudará a tu hijo a que se desenvuelva  con mayor seguridad en su entorno social. El yoga es una práctica muy recomendable, tanto para el cuerpo como para la mente, y los más pequeños también pueden beneficiarse de ella. Les aporta fuerza, movilidad y elasticidad, algo muy importante para sus músculos y huesos en desarrollo, y por supuesto, también les ayuda a relajarse y recargar energías.

También trabaja la respiración, mejora la concentración y ayuda al sistema nervioso consiguiendo que el niño se olvide del mundo exterior y se centre únicamente en las posturas que realiza. En definitiva, en el yoga para niños, todo son beneficios. Se puede comenzar a practicar a partir de los cuatro años, e incluso antes. Si veis que el niño es receptivo, id acercándole a esta terapia tan beneficiosa.
Animaos a  practicarlo en casa con vuestros hijos porque es algo que realmente disfrutaréis mucho. No necesitáis demasiado. Sólo buscad un rincón que os resulte agradable y colocad una colchoneta para evitar haceros daño con el suelo.

Podéis comenzar a modo de juego, poco a poco y sin forzar. Empezad con las posturas básicas y lentamente podréis ir avanzando según veáis resultados. También procura dejar un momento para la relajación y la meditación. Ayudará a tranquilizarles y mejorar el estado de ánimo.
Estos son algunos de los beneficios que obtendremos:

1. Aumenta tu inteligencia. El yoga es efectivo para reducir la ansiedad, emoción que alimenta la distracción y falta de coordinación en el salón de clases. Tan solo 17 minutos por cinco días a la semana son suficientes.

2. Eleva tu autoestima. La edad ideal para que un niño empiece a practicar yoga es a los 4 años, ya que en ese el momento empieza a ser consciente de su cuerpo y mente, y puede construir una mejor concepción de si mismo.

3. Elimina la fatiga. Si tu hijo sufre de falta de sueño, sea por exceso de energía o ansiedad y pesadillas, esta práctica reducirá progresivamente  estos problemas, haciendo que el insomnio sea cosa del pasado.

El yoga, a diferencia de otros deportes, no se desarrolla en un ambiente de competencia y agresividad sino al contrario; propone la cooperación entre los compañeros de la clase y genera un ambiente de equidad. Ejercitar a un niño a través del yoga puede permitir que sea un adulto feliz y pleno.